Conoce todo sobre la Casa Amatller
Obras de Puig i Cadafalch
Josep Puig i Cadafalch terminó los estudios de arquitectura en Barcelona en 1891, siendo felicitado por el director de la Escuela, Elies Rogent, y por el profesor y arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner.
Entre 1892 y 1896 Puig i Cadafalch obtuvo la plaza de arquitecto municipal de Mataró, su ciudad natal. En 1891 ya había realizado su primera intervención en la Casa Sisternes de Mataró, en cuya fachada introduce una decoración de bandas de ladrillo visto combinadas con azulejo y forja.
Puig i Cadafalch se sirve de los métodos de construcción aparecidos con la industrialización, sobre los que aplica la decoración de la época modernista. Los edificios más destacados de Puig i Cadafalch se encuadran dentro de la rama historicista de la arquitectura del modernismo catalán iniciada por Doimènech i Montaner. En su producción arquitectónica aflora su conocimiento de la arquitectura histórica catalana, fundamentalmente de los períodos románico, gótico y renacentista, representados por composiciones asimétricas en las fachadas, profusión de detalles escultóricos y por el uso de ventanas y tribunas de aire medieval. Sus edificios están vinculados a la tierra, con el referente de la casa pairal catalana; pero también aparece un sentimiento de prestigio aristocrático y feudal desarrollado en su decoración medievalista.
Obras
La Casa Martí (1896) de Barcelona está considerada su primera obra proyectada desde cero y en ella ya se aprecia la personalidad de la obra de Puig i Cadafalch. Sobre su sencilla pared de ladrillo se destacan puertas, ventanas y tribunas de piedra con complejos marcos. En este edificio se alberga el conocido restaurante Els Quatre Gats, uno de los principales centros de reunión de la bohemia artística de Barcelona y de los grupos del Modernismo.
En Mataró construyó en 1898 la Casa Coll i Regàs, un claro precedente de la Casa Amatller: la entrada principal se ubica en un lateral, mientras que la monumental tribuna se corona con un remate escalonado.
Entre 1898 y 1900 Puig i Cadafalch se dedica a la Casa Amatller.
La situación del edificio en el Passeig de Gràcia, las formas innovadoras y la belleza de la obra multiplicaron los encargos del arquitecto de Mataró en el Eixample de Barcelona: el Palau Macaya (1901), de aires renacentistas; la desaparecida Casa Trinxet (1904), influida por la Secession vienesa; la Casa Terrades (1905), conocida como Casa de les Punxes por su apariencia de fortaleza con sus torres puntiagudas; el Palau Baró de Quadres (1904-1906), en el que el neogótico refuerza la nobleza del propietario, que había recibido pocos años antes el título de barón. Pero no sólo hizo residencias: en 1911 recibió el encargo de la Fábrica Casaramona, actual sede del Caixaforum, donde a pesar de la funcionalidad también se valoran los aspectos estéticos de la construcción.
Urbanismo y montumentalistmo
Además de realizar proyectos de arquitectura, Josep Puig i Cadafalch se encargó de realizar proyectos urbanísticos. Entre 1909 y 1911 está al mando de la apertura de Via Laietana, teniendo que respetar al máximo los antiguos edificios del casco histórico. Y entre 1913 y 1923 es el arquitecto principal del recinto de la Exposición Universal de 1929. En este lugar había levantado las Quatre Columnes, de factura clasicista y monumental, un símbolo del catalanismo que fue derrocado en la dictadura de Primo de Rivera y reconstruido en el S. XXI.
Restaurador
Josep Puig i Cadafalch había estudiado en profundidad la historia del arte y la arquitectura de Catalunya, siendo uno de los máximos especialistas del románico de la región. Estos conocimientos lo hacían la persona ideal para restaurar algunos edificios históricos de Catalunya según los criterios del momento, hoy desfasados: se analizaba con rigor científico el monumento y se pretendía devolverle el estado más próximo al original. Así lo hizo en la catedral de La Seu d’Urgell, Sant Joan de les Abadesses, el monasterio de Sant Benet de Bages o el monasterio de Montserrat.
Últimos años
La actividad política de Puig i Cadafalch al frente del catalanismo lo llevó al exilio tras la Guerra Civil. En 1942 vuelve a Catalunya, pero se le impide reanudar su profesión como arquitecto.
Puig i Cadafalch murió en Barcelona en 1956.