La Fachada

Una casa única y cargada de simbolismo

Sobre la existencia de una fachada plana típica del Eixample, Puig i Cadafalch reinterpretó diversos estilos arquitectónicos como el románico y el gótico catalán para crear una fachada llena de simbolismo y elementos decorativos.

Destaca principalmente por su remate escalonado, lo que la hace una de las fachadas más admiradas de la ciudad de Barcelona y que recuerda en gran medida a la arquitectura medieval del norte de Europa. Cabe destacar que más allá del valor estético y artístico de este remate, esta zona fue diseñada para ubicar el estudio de fotografía de Antoni Amatller, ya que la peligrosidad de los componentes de la fotografía obligaban a mantener estas estancias lo más separadas posibles de las casas vecinas, creando así una planta independiente y de gran belleza para dar cabida a una de las grandes aficiones de Antoni Amatller.

Josep Puig i Cadafalch sitúa diferentes elementos constructivos y ornamentales a varias alturas y crea cuidados efectos de asimetría en la fachada. Las puertas de acceso de la planta baja, la galería de la planta noble o las ventanas se rematan con marcos escultóricos de inspiración gótica de distinta complejidad. Para que se lograse identificar con la propiedad del edificio, Puig i Cadafalch diseñó un programa iconográfico relativo a la familia de Antoni Amatller con esculturas que evocan las actividades del promotor (industria, artes y coleccionismo) y esgrafiados de ramas de almendro, símbolo del apellido Amatller.

La combinación de materiales, colores y técnicas decorativas crea un delicado cromatismo que hace que el frontal de la casa siga destacando artísticamente desde su construcción hasta la actualidad.

Fachada Casa Museu Amatller
Marcos escultóricos de inspiración gótica